sábado, 22 de diciembre de 2012
Resfríos y estados gripales
Resfríos y estados gripales
Cuidado con la automedicación!!!
Los resfríos y estados gripales son enfermedades infecciosas, muy contagiosas que pueden presentarse en forma de epidemias. Son producidas por diversos virus al encontrarse el organismo con bajas defensas y entrar en contacto con personas infectadas o ambientes contaminados, ya que los gérmenes causantes “flotan” en el aire luego de ser expulsados a través de la respiración, la tos o el estornudo.
En general son de curso benigno, pero pueden revestir cierta gravedad y producir serias complicaciones, las cuales dependen de varios factores: 1) El tipo de epidemia y la patogenicidad del virus, 2) La edad (los ancianos son mas susceptibles), y 3) El factor más importante: las defensas o estado de inmunidad del individuo.
El frío excesivo, los cambios bruscos de temperatura, el agotamiento psico-físico, el estado emocional, el estrés, la “calidad” de la alimentación, las alergias, la predisposición y constitución individual, son también factores de vital importancia.
Nuestra primera barrera defensiva se encuentra en la garganta y amígdalas, que si su acción es efectiva, el problema puede no pasar mas allá de una simple congestión de las vías aéreas superiores, con secreción nasal (rinitis), inflamación de garganta y amígdalas (angina), tos, estornudos, pero sin mayor compromiso del estado general.
De no ser así, puede producir síntomas más serios, con fiebre alta, bronquitis, sinusitis, otitis, etc. En casos extremos puede afectar el corazón (miocarditis, endocarditis), las membranas cerebrales (meningitis), neumonía, artritis, y otras afecciones de los órganos internos.
¿Qué hacer frente a un resfrío o estado gripal?
En primer lugar: no automedicarse. Existe la equivocada tendencia a tomar antibióticos, frente al primer síntoma o como “precaución”.
Los virus no son sensibles a los antibióticos, y al usarlos en forma indiscriminada, disminuimos la acción de nuestras defensas naturales, y favorecemos que por el mecanismo de mutación, otros gérmenes (bacterias), desarrollen resistencia a los mismos y que, cuando realmente los necesitemos para detener una infección seria, ya no sean efectivos.
¿Cuál es la causa por la que en una familia, un lugar de trabajo o frente a una epidemia, algunas personas se enferman y otras no?
La respuesta es simple: Depende de las defensas orgánicas del individuo y de su predisposición constitucional. La Medicina tiene una función curativa, pero fundamentalmente una función preventiva. Una persona bien alimentada, en equilibrio psicofísico, con su energía vital armonizada, con defensas físicas y emocionales efectivas, difícilmente se enferme, y si lo hace, será de forma leve, corta y sin complicaciones.
Las defensas se “activan” a partir de los 37 ó 37,5 grados de temperatura corporal, por lo que la fiebre no debe preocuparnos, mientras no supere estas cifras. La secreción nasal, la tos y estornudos, son mecanismos fisiológicos de limpieza de las vías respiratorias. La función del médico es ayudar al paciente con consejos higiénico - dietéticos, reposo, buena alimentación, aliviar sus padecimientos físicos y emocionales, aumentar sus defensas con medicación natural, para que el propio organismo posea todos los elementos necesarios para no infectarse o, una vez instalada, curarse de la enfermedad.
Si padece estados gripales a repetición, se debe investigar y tratar las causas constitucionales predisponentes y, de esta forma, realizar una medicina integral y holística, tanto curativa como preventiva, no sólo del estado gripal, sino del individuo en su integridad.
Dr. Oscar L'Argentiere - Médico M.P. 19.178
Homeópata Unicista, Iriología, Terapia Floral, Acupuntura China,
Psicoterapia Dinámica y Transpersonal
Simón Bolívar 397, piso 11, Dpto. H
5000 Ciudad de Córdoba (R.A.) - Tel. 54 0351 4210847
Correo electrónico: z1t2x777@hotmail.com
viernes, 30 de noviembre de 2012
El estrés, sindrome de fatiga crónica
El estrés
(Síndrome de fatiga crónica)
Mejor prevenir que curar...
¿Está Usted estresado?
Un altísimo porcentaje de la población mundial lo padece. Se lo considera la gran enfermedad del siglo y, a su vez, el verdadero origen de un sinnúmero de enfermedades físicas, emocionales y mentales.
Pero... ¿Qué es el estrés?
El estrés como reacción normal: Es un sistema de defensa y adaptación desencadenado por un estímulo o situación conflictiva y que a través de la secreción de sustancias orgánicas estimulantes por el sistema
nervioso glandular, nos pone en estado de "alerta" y nos ayuda a enfrentar las situaciones difíciles que se nos presentan, y en el mejor de los casos, lograr resolverlas y superarlas.
Posteriormente, nos relajamos y nuestro organismo (mente y cuerpo) vuelve a la normalidad. Es un proceso pasajero, natural, corto y que no deja secuelas.
El estrés como enfermedad: pero... ¿Qué sucede en nuestro organismo si el estado de estrés se hace crónico y persiste durante mucho tiempo, porque no hemos podido solucionar el problema o porque a un problema le sigue otro, y otro, y otro?
Sucede que no volvemos a la normalidad inicial, y se entra en la denominada "fase de agotamiento" o de "fatiga crónica", en la cual aparecen numerosos síntomas físicos y psíquicos, afectando prácticamente todas las funciones de nuestro organismo, como los trastornos nerviosos (miedos, fobias, angustias, ansiedad), y físicos (digestivos, hormonales, respiratorios, cardíacos, de la piel, músculos y articulaciones, trastornos y cambios de humor, insomnio, agotamiento físico y mental, falta de concentración, desagrado por la vida, pesimismo, y cualquier afección en cualquier sistema u órgano del cuerpo.
Esta situación produce una muy marcada disminución de las defensas orgánicas, las que, en condiciones normales, nos protegen de contraer enfermedades.
Tratamiento del estrés: "Es mejor prevenir que curar".
Cuanto antes se efectúe el diagnóstico y el tratamiento adecuado de la causa para contrarrestar los efectos negativos y peligrosos del estrés, mayor posibilidad de detener a tiempo el proceso, antes que los síntomas se hagan crónicos o irreversibles.
Es inútil y resulta una lamentable pérdida de tiempo, tratar cada síntoma como algo separado de la totralidad del organismo, ya que el lenguaje del cuerpo y de la mente nos está diciendo que se trata de un trastorno general que involucra al individuo en un todo indivisible, y que la raíz del problema no está en un órgano determinado, en forma separada de la totalidad del ser.
El tratamiento debe ser holístico, integral y dirigido a la verdadera causa de la enfermedad: del individuo estresado y su forma particular y única de manifestarlo, con medicación natural y técnicas integrales y holísticas, evitando las sustancias químicas, tranquilizantes y psicofármacos que pueden ser nocivos al organismo y producir acostumbramiento y dependencia.
Dr. Oscar L'Argentiere - Médico M.P. 19.178
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(Síndrome de fatiga crónica)
Mejor prevenir que curar...
¿Está Usted estresado?
Un altísimo porcentaje de la población mundial lo padece. Se lo considera la gran enfermedad del siglo y, a su vez, el verdadero origen de un sinnúmero de enfermedades físicas, emocionales y mentales.
Pero... ¿Qué es el estrés?
El estrés como reacción normal: Es un sistema de defensa y adaptación desencadenado por un estímulo o situación conflictiva y que a través de la secreción de sustancias orgánicas estimulantes por el sistema
nervioso glandular, nos pone en estado de "alerta" y nos ayuda a enfrentar las situaciones difíciles que se nos presentan, y en el mejor de los casos, lograr resolverlas y superarlas.
Posteriormente, nos relajamos y nuestro organismo (mente y cuerpo) vuelve a la normalidad. Es un proceso pasajero, natural, corto y que no deja secuelas.
El estrés como enfermedad: pero... ¿Qué sucede en nuestro organismo si el estado de estrés se hace crónico y persiste durante mucho tiempo, porque no hemos podido solucionar el problema o porque a un problema le sigue otro, y otro, y otro?
Sucede que no volvemos a la normalidad inicial, y se entra en la denominada "fase de agotamiento" o de "fatiga crónica", en la cual aparecen numerosos síntomas físicos y psíquicos, afectando prácticamente todas las funciones de nuestro organismo, como los trastornos nerviosos (miedos, fobias, angustias, ansiedad), y físicos (digestivos, hormonales, respiratorios, cardíacos, de la piel, músculos y articulaciones, trastornos y cambios de humor, insomnio, agotamiento físico y mental, falta de concentración, desagrado por la vida, pesimismo, y cualquier afección en cualquier sistema u órgano del cuerpo.
Esta situación produce una muy marcada disminución de las defensas orgánicas, las que, en condiciones normales, nos protegen de contraer enfermedades.
Tratamiento del estrés: "Es mejor prevenir que curar".
Cuanto antes se efectúe el diagnóstico y el tratamiento adecuado de la causa para contrarrestar los efectos negativos y peligrosos del estrés, mayor posibilidad de detener a tiempo el proceso, antes que los síntomas se hagan crónicos o irreversibles.
Es inútil y resulta una lamentable pérdida de tiempo, tratar cada síntoma como algo separado de la totralidad del organismo, ya que el lenguaje del cuerpo y de la mente nos está diciendo que se trata de un trastorno general que involucra al individuo en un todo indivisible, y que la raíz del problema no está en un órgano determinado, en forma separada de la totalidad del ser.
El tratamiento debe ser holístico, integral y dirigido a la verdadera causa de la enfermedad: del individuo estresado y su forma particular y única de manifestarlo, con medicación natural y técnicas integrales y holísticas, evitando las sustancias químicas, tranquilizantes y psicofármacos que pueden ser nocivos al organismo y producir acostumbramiento y dependencia.
Dr. Oscar L'Argentiere - Médico M.P. 19.178
Homeópata Unicista, Iriología, Terapia Floral, Acupuntura China,
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miércoles, 31 de octubre de 2012
Menopausia, tratamiento sin hormonas
Menopausia, tratamiento sin hormonas
Llamaradas de calor, dolores de cabeza, aumento de peso, inestabilidad emocional (angustia, depresión, tristeza, nerviosismo, hiper-emotividad o cambios del carácter), modificaciones del deseo sexual (dolor, falta de deseo, poca lubricación vaginal), descalcificación (osteoporosis), son los síntomas más frecuentes que acompañan a este período natural e inevitable en la vida de la mujer.
Se presenta entre los 43 a 53 años, aproximadamente, período en el cual los ovarios disminuyen su función hormonal, desarmonizando, en consecuencia, la función de otras glándulas relacionadas, como la tiroides, la hipófisis y las suprarrenales.
La menopausia no es una enfermedad, como tampoco lo es la menarca (primera menstruación), o el embarazo.
Comienza con algunos desarreglos menstruales, las reglas se atrasan o adelantan, faltan en algunos períodos para luego reaparecer, con hemorragias más escasas o más abundantes, más cortas o más largas que lo habitual. Este período previo se denomina climaterio, y puede durar un tiempo variable, hasta que las reglas desaparecen definitivamente, instalándose la menopausia.
Los ovarios (y todo el sistema glandular femenino), simplemente cumplen "un ciclo" relacionado fundamentalmente con la "procreación".
No todas la mujeres “padecen” de igual forma esta etapa, ya que en algunas, los síntomas son francamente manifiestos, mientras que en otras, transcurre casi sin molestias.
No obstante, es conveniente que el organismo sea “ayudado” con tratamientos naturales y sin efectos secundarios indeseables. La Homeopatía unicista, las Flores de Bach y la Acupuntura, son métodos muy apropiados para prevenir y aliviar las molestias que puedan presentarse, tanto psíquicas como físicas, y vivir esta "nueva etapa" en la vida de la mujer de una forma tan "positiva, feliz, plena y enriquecedora", como las anteriores.
Dr. Oscar L'Argentiere - Médico M.P. 19.178
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lunes, 17 de septiembre de 2012
Salud y enfermedad
Salud y enfermedad
El ser humano no es solamente un conjunto de células, tejidos y órganos que funcionan independientes entre sí. Según la Organización Mundial para la Salud (OMS), la salud es: "El completo estado de bienestar físico, psíquico y social, y no solamente la ausencia de la enfermedad".
Los determinantes de este bienestar son las condiciones favorables en vida en toda su amplitud: vivienda, trabajo, educación, alimentación, seguridad, etcétera, y participación. Es decir, la satisfacción de las necesidades básicas individuales y el sentimiento de comunidad e integración positiva y activa con los demás y con el medio.
Como ser sociable, el hombre (genéricamente hablando), tiene la necesidad de pertenecer y de relacionarse con sus congéneres. De allí surgen las situaciones de amor, familia, confianza, afectos, lealtad, paz, armonía e intercambio emocional, y la salud y la enfermedad son variaciones de un mismo proceso de relación entre el sujeto y su medio, según su capacidad de adaptación.
Somos un todo con el universo, y debiéramos vivir en perfecta armonía con él, de esta forma nos encontraríamos en un estado de equilibrio y salud. Pero..., cuando un ser no se adapta, es decir, cuando sus respuestas a los estímulos y agresiones hostiles de la vida son incorrectas, exageradas o desmedidas, el resultado es la enfermedad.
El hombre vive inmerso en el cosmos y en su microcosmos (su medio individual), recibiendo constantemente su influencia, siendo su vida, la consecuencia de esa capacidad de adaptación. Si no hubiera adaptación, la vida no sería posible. Por lo tanto, otro concepto de salud, podría ser: "El estado de salud depende de la capacidad de adaptación de cada individuo".
Cada persona tiene una forma única y peculiar de reaccionar, actuar, procesar y modificar el estímulo, en relación a sus características individuales, temperamento y personalidad. En situaciones normales, frente a un riesgo, peligro o agresión, el organismo reacciona en forma rápida, ya sea en una actitud de defensa (contra-ataque) o huida, accionando todos los mecanismos fisiológicos a su disposición y la secreción de sustancias activadoras a través del sistema nervioso y glandular, poniendo en acción su sistema muscular, aumentando el riego sanguíneo, acelerando el ritmo cardíaco y la circulación, su presión arterial, la frecuencia respiratoria, la actividad hormonal, etcétera, pero..., una vez que el peligro ha pasado tiende a volver a la normalidad, y recupera su estado de tranquilidad y seguridad.
Si la situación de riesgo es demasiado importante o repetitiva, no da tiempo para que vuelva a la fase de normalidad, y estas modificaciones mentales, emocionales y fisiológicas se hacen permanentes, llegan con el tiempo a conocerse como "estado de fatiga crónica".
Muchas veces el peligro ya no existe, pero posee el hombre (a diferencia de los animales), "una inteligencia racional", puede tener la incapacidad de relajarse "por lo que hubiera podido pasar", sigue pensando y mortificándose por algo que "ya no existe", como si en realidad lo estuviera viviendo en el presente.
Este estado de preocupación permanente, aún sin riesgo concreto, disminuye sus defensas orgánicas y psíquicas, llevándolo a la fatiga crónica y por consecuencia, lo predispone a enfermarse.
Es importante intentar vivir el aquí y ahora: "Sólo el presente existe, el pasado ya no está, y el futuro aún no ha llegado" (Frederick Perls - Terapia Guestáltica)
"La naturaleza es el primer médico, y sólo ayudando y colaborando
con sus esfuerzos, es como llegamos a la curación" (Hipócrates)
Dr. Oscar L'Argentiere - Médico M.P. 19.178
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miércoles, 15 de agosto de 2012
Acupuntura y salud
Una ciencia milenaria
Acupuntura y salud
"Espíritu y materia son las dos caras de una misma cosa. Esta unidad es
el mayor misterio". (Tao Te King)
La unidad es la síntesis de la dualidad. En el ser humano la polaridad yang (masculino - activo) y yin (femenino - pasivo), actúa como como la ley pendular que mantiene el equilibrio dinámico de la salud.
La Acupuntura, o terapia por agujas, forma parte de la Medicina Tradicional China, y su antigüedad es de más de cinco mil años. Consiste en la introducción de pequeñas agujas metálicas en la piel, en determinados puntos específicos, correspondientes a los llamados meridianos, por donde circula la energía vital (Ki o Chi) del organismo, la cual es responsable de la vida y que en estado de salud y armonía fluye libremente, pero que puede bloquearse en caso de desarmonía o enfermedad, tanto física como psíquica o emocional.
Esta energía vital nutre todos los órganos, es dadora de vida, armonía y salud, y todo obstáculo en su circulación, se manifiesta como un trastorno a nivel de los circuitos afectados con los síntomas correspondientes.
Las causas desarmonizadoras de la energía vital son múltiples. Pueden ser externas o internas, produciendo un desequilibrio energético entre el yin y el yang, que se expresa a través de los síntomas de la enfermedad, los que en primer lugar son emocionales o mentales, luego funcionales (por alteración de la función de los órganos) y por último orgánico-anatómicos (por lesión estructural de los tejidos).
La aguja de acupuntura, es así, el símbolo del equilibrio: restauración de la circulación energética, instrumento de armonía.
El tratamiento con acupuntura consiste en regularizar y equilibrar las fuerzas energéticas, ya que la estimulación por las agujas en los puntos correspondientes produce reacciones curativas armonizadoras y la secreción natural de sustancias curativas, analgésicas, antiinflamatorias y estimulantes de las defensas orgánicas (endorfinas, serotonina, melatonina, etc.)
Se puede tratar todo tipo de enfermedades (su campo de acción es enorme) y carece de contraindicaciones.
Es un método inocuo, indoloro, natural y muy eficaz, tanto en trastornos orgánicos como emocionales. Es ademas, un complemento ideal y potencializador en sus resultados, para otras terapias energeticas que actúan armonizando la energía vital.
La Acupuntura ha demostrado su eficacia a través de los siglos, lo que le ha hecho ganar un merecido respeto y aceptación en todo el mundo.
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jueves, 19 de julio de 2012
Trastornos digestivos crónicos
Trastornos digestivos crónicos
Dispepsia significa dificultad en la digestión, y comprende todos los trastornos funcionales que alteran la normalidad del proceso digestivo.
Las causas de la dispepsia son múltiples. Se destacan la mala o desordenada alimentación, comer nervioso o apurado, la masticación incompleta, las alteraciones funcionales de la secreción de las enzimas digestivas por parte del hígado y vesícula (bilis), estómago (ácido clorhídrico), pancreas, intestinos, etc., alteraciones en la motilidad digestiva (peristaltismo) y, fundamentalmente, el estrés (y los síntomas emocionales que lo acompañan) que nos impone la vida cotidiana en todos sus aspectos.
¿Cuáles son los síntomas de dispepsia?
Todos estos factores, en forma independiente o conjunta, producen una alteración en el proceso digestivo, ocasionando diversos síntomas, siendo los más frecuentes: pesadez y sensación de plenitud en la zona abdominal, dolores, ardor y acidez estomacal, aumento de la producción de gases (flatulencia), diarreas, constipación crónica, cólicos, cefaleas, hemorroides, y malestar psico-físico general.
Normalmente todo alimento ingerido debe ser evacuado en un máximo de 24 horas. Si esto no se produce, el alimento y sus deshechos se "estancan" en los intestinos, fermentan y generan toxinas que son absorbidas a través de sus paredes, ingresan al torrente circulatorio y se distribuyen por todo el organismo, alterando el funcionamiento normal de todos los tejidos y células del mismo, con síntomas similares a una intoxicación. Generalmente se acompaña de mal gusto en la boca, mal aliento, falta de apetito, asimilación defectuosa, náuseas, insomnio, irritabilidad, nerviosismo y otros síntomas emocionales.
Tratamiento de la dispepsia
El empleo cada vez más frecuente de digestivos químicos, laxantes, purgantes, etcétera, producen dependencia y acentúan cada vez más el problema de fondo.
En primer lugar se debe detectar la verdadera causa de los trastornos digestivos crónicos (ya que pueden obedecer a múltiples factores), y luego dar consejos: los higiénico - dietéticos adecuados para cada caso, y tratamientos naturales para corregir el origen del problema, y no sólo los síntomas derivados.
Dr. Oscar L'Argentiere - Médico M.P. 19.178
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Correo electrónico: z1t2x777@hotmail.com
Dispepsia significa dificultad en la digestión, y comprende todos los trastornos funcionales que alteran la normalidad del proceso digestivo.
Las causas de la dispepsia son múltiples. Se destacan la mala o desordenada alimentación, comer nervioso o apurado, la masticación incompleta, las alteraciones funcionales de la secreción de las enzimas digestivas por parte del hígado y vesícula (bilis), estómago (ácido clorhídrico), pancreas, intestinos, etc., alteraciones en la motilidad digestiva (peristaltismo) y, fundamentalmente, el estrés (y los síntomas emocionales que lo acompañan) que nos impone la vida cotidiana en todos sus aspectos.
¿Cuáles son los síntomas de dispepsia?
Todos estos factores, en forma independiente o conjunta, producen una alteración en el proceso digestivo, ocasionando diversos síntomas, siendo los más frecuentes: pesadez y sensación de plenitud en la zona abdominal, dolores, ardor y acidez estomacal, aumento de la producción de gases (flatulencia), diarreas, constipación crónica, cólicos, cefaleas, hemorroides, y malestar psico-físico general.
Normalmente todo alimento ingerido debe ser evacuado en un máximo de 24 horas. Si esto no se produce, el alimento y sus deshechos se "estancan" en los intestinos, fermentan y generan toxinas que son absorbidas a través de sus paredes, ingresan al torrente circulatorio y se distribuyen por todo el organismo, alterando el funcionamiento normal de todos los tejidos y células del mismo, con síntomas similares a una intoxicación. Generalmente se acompaña de mal gusto en la boca, mal aliento, falta de apetito, asimilación defectuosa, náuseas, insomnio, irritabilidad, nerviosismo y otros síntomas emocionales.
Tratamiento de la dispepsia
El empleo cada vez más frecuente de digestivos químicos, laxantes, purgantes, etcétera, producen dependencia y acentúan cada vez más el problema de fondo.
En primer lugar se debe detectar la verdadera causa de los trastornos digestivos crónicos (ya que pueden obedecer a múltiples factores), y luego dar consejos: los higiénico - dietéticos adecuados para cada caso, y tratamientos naturales para corregir el origen del problema, y no sólo los síntomas derivados.
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viernes, 22 de junio de 2012
Várices y trastornos circulatorios
Várices y trastornos circulatorios
Las várices son dilataciones patológicas, crónicas y permanentes en las venas, principalmente a nivel de miembros inferiores. Cuando aparecen en el ano se denominan hemorroides (o almorranas) y en los testículos, varicocele).
Generalmente obedecen a una predisposición constitucional individual o a una herencia familiar, y son mucho más frecuentes en el sexo femenino, pero se manifiestan fundamentalmente en personas de vida sedentaria, que caminan poco o permanecen muchas horas al día de pie; siendo la causa principal una debilidad de las fibras elásticas de las paredes y válvulas venosas que permite que éstas se distiendan más allá de lo normal.
El movimiento contráctil de los músculos de las piernas favorece el retorno de la sangre venosa hacia el corazón, disminuyendo la presión en miembros inferiores, evitando el debilitamiento, la claudicación circulatoria y manteniendo la competencia valvular. Cuando estos mecanismos se alteran aparece, por el contrario, un aumento de la presión venosa, congestión en piernas y la aparición de várices.
Puede comenzar con cansancio o dolor en miembros inferiores y pequeñas "varicocidades", que sólo ocasionan un problema de tipo estético; pero si el proceso avanza las venas se harán más gruesas y visibles, de aspecto flexuoso, muy dolorosas, con retención de líquidos (edemas), cambios de coloración de la piel (trastornos tróficos), flebitis (inflamación interna de las venas) y úlceras cutáneas.
No se trata de un problema local, sino que está comprometida la circulación venosa en general, la cual debe ser tratada en forma integral.
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Las várices son dilataciones patológicas, crónicas y permanentes en las venas, principalmente a nivel de miembros inferiores. Cuando aparecen en el ano se denominan hemorroides (o almorranas) y en los testículos, varicocele).
Generalmente obedecen a una predisposición constitucional individual o a una herencia familiar, y son mucho más frecuentes en el sexo femenino, pero se manifiestan fundamentalmente en personas de vida sedentaria, que caminan poco o permanecen muchas horas al día de pie; siendo la causa principal una debilidad de las fibras elásticas de las paredes y válvulas venosas que permite que éstas se distiendan más allá de lo normal.
El movimiento contráctil de los músculos de las piernas favorece el retorno de la sangre venosa hacia el corazón, disminuyendo la presión en miembros inferiores, evitando el debilitamiento, la claudicación circulatoria y manteniendo la competencia valvular. Cuando estos mecanismos se alteran aparece, por el contrario, un aumento de la presión venosa, congestión en piernas y la aparición de várices.
Puede comenzar con cansancio o dolor en miembros inferiores y pequeñas "varicocidades", que sólo ocasionan un problema de tipo estético; pero si el proceso avanza las venas se harán más gruesas y visibles, de aspecto flexuoso, muy dolorosas, con retención de líquidos (edemas), cambios de coloración de la piel (trastornos tróficos), flebitis (inflamación interna de las venas) y úlceras cutáneas.
No se trata de un problema local, sino que está comprometida la circulación venosa en general, la cual debe ser tratada en forma integral.
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lunes, 11 de junio de 2012
Trastornos menstruales
En esta entrada nos informaremos sobre los trastornos menstruales...
Entre la primera menstruación (menarca) y la última (menopausia), la mujer transita por un largo período de vida fértil, cuyo principal objetivo es la posibilidad de la procreación. No obstante, en dicha etapa, puede padecer diversos síntomas o trastornos (emocionales y físicos) que, sin ser necesariamente patológicos, suelen ser incómodos, molestos y desagradables.
Los estados constitucionales individuales, bajo la influencia de diversos estados emocionales (ansiedad, angustia, un susto, miedos, tristeza, el estrés, etc.), pueden producir alteraciones del período menstrual y del funcionamiento genital femenino a nivel funcional.
Descartando causas orgánicas, en muchos casos se trata de alteraciones funcionales (no físicas ni patológicas) debidas a algún desequilibrio energético que pueden tener pronta solución.
Las causas más frecuentes son:
Si bien la lista continúa y son muchas más las alteraciones posibles, las más frecuentes en la consulta son las menstruaciones dolorosas, las alteraciones del deseo sexual, el coito doloroso, la demora en la aparición de la primera menstruación y los trastornos físicos y emocionales que acompañan a la menopausia.
Es útil conocer que, en una gran cantidad de casos, estos trastornos menstruales no obedecen a causas orgánicas, sino que están íntimamente relacionados con trastornos funcionales y emocionales, psicosomáticos, y que pueden resolverse con terapias naturales, de una forma sencilla, sin efectos secundarios negativos, sin hormonas, en una forma curativa y no solamente paliativa, tratando las verdaderas causas y no solamente los síntomas.
Dr. Oscar L'Argentiere - Médico M.P. 19.178
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El aparato genital femenino es muy sensible a las emociones y puede ser
muy fácilmente afectado por ellas
Entre la primera menstruación (menarca) y la última (menopausia), la mujer transita por un largo período de vida fértil, cuyo principal objetivo es la posibilidad de la procreación. No obstante, en dicha etapa, puede padecer diversos síntomas o trastornos (emocionales y físicos) que, sin ser necesariamente patológicos, suelen ser incómodos, molestos y desagradables.
Los estados constitucionales individuales, bajo la influencia de diversos estados emocionales (ansiedad, angustia, un susto, miedos, tristeza, el estrés, etc.), pueden producir alteraciones del período menstrual y del funcionamiento genital femenino a nivel funcional.
Descartando causas orgánicas, en muchos casos se trata de alteraciones funcionales (no físicas ni patológicas) debidas a algún desequilibrio energético que pueden tener pronta solución.
Las causas más frecuentes son:
- Menstruaciones ausentes durante el período fértil (amenorrea);
- escasas (hipomenorrea);
- adelantadas o atrasadas;
- muy abundantes (hipermenorrea - metrorragia);
- menstruaciones que reaparecen después de haber cesado;
- dolorosas (dismenorrea);
- con abundantes coágulos;
- mal olientes, fétidas;
- con flujo abundante (leucorrea);
- fuera de fecha;
- menstruaciones que se acompañan (antes, durante o después) con modificación del humor y el carácter;
- menstruaciones con dolor e inflamación de mamas;
- coito doloroso (dispareunia) generalmente por escasa secreción vaginal;
- frigidez y disminución o falta del deseo sexual;
- ausencia de orgasmos;
- menstruaciones adelantadas sin causa orgánica aparente;
- calores menopáusicos ("sofocones");
- descalcificación y osteoporosis menopáusica por disminución de la fijación del calcio y minerales en los huesos;
- dificultad para quedar embarazada,
- sin existir causa orgánica manifiesta,
- trastornos durante el embarazo de carácter físico (náuseas, vómitos, aumento exagerado de peso) o emocional (depresión, angustia, temores, cambio del carácter, aumento de la sensibilidad, irritabilidad, cefaleas, etc);
- aparición de várices;
- retención de liquidos; etcétera.
Si bien la lista continúa y son muchas más las alteraciones posibles, las más frecuentes en la consulta son las menstruaciones dolorosas, las alteraciones del deseo sexual, el coito doloroso, la demora en la aparición de la primera menstruación y los trastornos físicos y emocionales que acompañan a la menopausia.
Es útil conocer que, en una gran cantidad de casos, estos trastornos menstruales no obedecen a causas orgánicas, sino que están íntimamente relacionados con trastornos funcionales y emocionales, psicosomáticos, y que pueden resolverse con terapias naturales, de una forma sencilla, sin efectos secundarios negativos, sin hormonas, en una forma curativa y no solamente paliativa, tratando las verdaderas causas y no solamente los síntomas.
Dr. Oscar L'Argentiere - Médico M.P. 19.178
Homeópata Unicista, Iriología, Terapia Floral, Acupuntura China,
Psicoterapia Dinámica y Transpersonal
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