Tipo de Personalidad Siete
En esta entrada analizaremos las personas con tipo de personalidad siete.
Personas que buscan múltiples opciones y futuros positivos. Pueden ser polifacéticos, afirmadores y generosos. Enfermos pueden ser narcisistas, escapistas e insaciables.
Los Siete son el último estilo dentro del trío que responde temerosamente a la vida. Considerando que los Cinco se retiran socialmente y los Seis se vuelven dudosos o suspicaces, los Siete manejan sus miedos de una manera muy diferente. Las personas con este estilo tienden a suprimir y escapar de sus miedos enfocándose intencionalmente en lo positivo e imaginando planes, opciones y posibilidades. Los Siete son re-encuadradores naturales dado que se enfocan en el lado luminoso de las cosas; hacen limonada sin limones, y se mantienen alegremente activos. El punto defensivo de esta estrategia es el de evitar el dolor interno y ser difícil de alcanzar como si fuesen un blanco móvil.
Los Siete sanos son personas renacentistas y polifacéticas capaces de desarrollarse favorablemente en muchos ámbitos totalmente dispares entre sí. Las personas sanas con este estilo son normalmente aventureras y multi-talentosas, con un entusiasmo auténtico por la vida. Como niños, sin ser infantiles, los Siete sanos son enormemente receptivos. La mayoría tienen una perspectiva positiva y estimulante y pueden apreciar de manera entusiasta los regalos que otorga la vida, incluso los más pequeños. Muchos poseen una amistosa mezcla de encanto y curiosidad; pudiendo ser creativos, extrovertidos, generosos con los amigos y constantemente interesados en los nuevos horizontes. Los Siete sanos son normalmente muy elásticos y suelen regresar fortalecidos de la pérdida y la calamidad. También suelen ser leales y sensibles.
En su mejor momento, las personas con este estilo buscan compromisos de gran alcance y las más profundas satisfacciones. Con este propósito, pueden aceptar la real necesidad tanto del dolor como del compromiso en sus vidas. Aceptar la dimensión dolorosa de la vida le otorga al Siete mayor profundidad y, por consiguiente, refuerza su alegría. Muchos Siete reportan que al estar dispuestos a hacer los compromisos apropiados, esto genera una estructura global dentro de la que aún pueden encontrar variedad en sus vidas.
Cuando están menos sanos, las personas con este estilo son propensas al escapismo e intentan evitar el dolor tanto en ellos como en los demás. Proyectan su poder hacia fuerzas externas que pueden confinarlos, restringirlos, deprimirlos o juzgarlos. Los Siete se auto-encarcelan, dado que pueden rodearse con las personas y las circunstancias que los fijarán o obligarán, imitando lo que los Siete les hacen a ellos. Después de crear una cárcel de expectativas y obligaciones, se sienten desvalidos, como si no tuviesen opción alguna. Para compensar, hiperflexibilizan su capacidad de elección.
Los Siete controlan y subliman su dolor complaciendo sus apetitos. Éstos pueden ser por comida, drogas, ideas, actividad, personas, nuevas experiencias, etc. Los Siete enfermos devoran la vida pero no lo digieren. Buscan afuera la novedad, intentando mantenerse en alto a través de condimentar la realidad con sus imaginaciones y fantasías de lo que será. Pueden ser diletantes, impulsivos, rebeldes, impersonales, locuaces, narcisistas y codiciosos. Pueden abrigar muchos intereses pero indiscriminadamente; su conocimiento es extenso pero no profundo, más bien como un "milusos".
Muchos Siete tienen problemas con la ejecución. Tienden a ser fuertes en comenzar la acción pero débiles en la continuación. Normalmente no les asusta iniciar un curso de acción o un nuevo proyecto. Su dificultad estriba en la aplicación diaria de tareas a largo plazo y en soportar su aburrido alargamiento.
Algunos Siete temen el proceso. No tienen ningún sentido bien desarrollado de cómo hacer las cosas paso por paso. El pensar en poner un pie delante de otro no sólo es aburrido sino más aún: espantoso. Bajo tensión, los Siete también adoptan aquello que llaman encuadres "como si" dónde crean fantasías positivas sobre el futuro y pretenden que éstas sean reales y estén presentes. A veces evitan las situaciones difíciles de esta manera, eliminando la necesidad de esforzarse, los riesgos del fracaso o el tener que juzgar sus acciones. La mayoría de los Siete enfermos tienen miedo a ser inadecuados e inconscientemente se comparan con otros.
Cuando los Siete están profundamente enfermos, la línea entre la realidad y la fantasía se pierde drásticamente. Crecen obsesionados con visiones grandiosas y, a menudo, se inflan narcisistamente. Los Siete muy enfermos puede rechazar completamente la responsabilidad por sus acciones y resistir todo limite realista en su conducta. Pueden ser salvajes, impacientes, caóticos, delirantes y explosivos. Las tendencias hacia las adicciones y los ciclos maníaco-depresivos se enroscan fuertemente. Puesto que nunca pueden satisfacer permanentemente sus apetitos, pueden zambullirse precipitadamente en el hedonismo, buscando más que consumir. Cualquiera que se ponga en el camino de un Siete maníaco será derribado; son rotas todas las promesas hechas a los demás. Cuando muy enfermos, los Siete atraen a las fuerzas legales hacia ellos. El mundo tiene que refrenar el comportamiento antisocial nacido de los deseos internos de los Siete.
En el próximo post veremos el Tipo de Personalidad Ocho.
Dr. Oscar L'Argentiere - Médico M.P. 19.178
Homeópata Unicista, Iriología,
Terapia Floral, Acupuntura China,
Psicoterapia Dinámica y Transpersonal
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