Hoy nos toca analizar los rasgos de las personas que poseen el Tipo de Personalidad Cinco.
Los Cinco, Seis y Siete comparten un trasfondo común de miedo y forman otro trío. A diferencia de los Dos, Tres y Cuatro, los Cinco, Seis y Siete no se confunden acerca de quiénes son ni cómo se sienten. Ellos, en lugar de eso, tienden a anticipar de manera inconsciente los peligros de la vida, y es habitual en ellos que reaccionen desde el fundamento emocional del miedo. Los Cinco, Seis y Siete generalmente son pensadores quienes viven más en sus cabezas que en sus cuerpos. Se esfuerzan por tomar acción, afirmando sus voluntades y manejando la energía.
Los miedos del Cinco son específicamente sociales; las personas con este estilo habitualmente se mantienen en guardia contra ser invadidos o engullidos por otros. Este es el estilo más explícitamente asocial del Eneagrama. Cuando los Cinco están a la defensiva, pueden retirarse y ponerse hostiles como una forma de manejar su hipersensibilidad a los demás. Generalmente temen las relaciones íntimas dado que éstas pueden conducirlos a sentirse agobiados, sofocados o engentados (1).
Los Cinco viven en sus mentes, en contraste con los Cuatro que habitan sus imaginaciones emocionales. Las personas con este estilo tienen capacidades bien desarrolladas para analizar y sintetizar el conocimiento. Pueden ser perceptivos, sabios y objetivos, capaces de quedarse centrados y analíticos cuando alrededor suyo otros están desconcertados o aterrados.
Los Cinco, en su mejor estado, normalmente mantienen un equilibrio entre actuar recíprocamente con el mundo y retirarse de él. Este estilo se asocia con frecuencia con la sabiduría y, a veces, al genio intelectual. Los Cinco sanos de manera activa ofrecen al mundo el fruto de su conocimiento, a menudo a través de la enseñanza y la escritura. Pero, sea lo que sea que realicen, los Cinco sanos buscan que su talento, para aumentar conocimiento, cuente para algo más allá de ellos. Los Cinco pueden ser idealistas y a veces contribuir valientemente al bienestar social.
Las personas sanas con este estilo también practican lo que los Budistas llaman el no-apego, una actitud caracterizada por una mezcla igual de desapego y compasión. Dentro de esta postura los Cinco pueden jugar el juego de la vida sin apegarse demasiado a los resultados y, como amigos, pueden estar capacitados para entender tu punto de vista tanto como el suyo. Son simpáticos y de buen corazón, lo mismo que capaces de ver los eventos desde una perspectiva distante y evitar ponerse personalmente perturbados.
Cuando los Cinco son menos sanos, caen del no-apego en la disociación, el estado interno de separarse de los sentimientos. Pueden estar híper-conscientes de las demandas del mundo, y aún así responder pasivamente retirándose. La mayoría de la gente externa ve la capacidad del Cinco de retirarse como un tipo de independencia. También es una defensa; los Cinco están creando un fuerte límite asocial para compensarse por ser demasiados sensibles en primer instancia.
Partirse a sí mismos se vuelve entonces un hábito defensivo. La idea es: Si sólo pudiera aprender a vivir con menos, podría evitar la influencia ajena. Esto los lleva a una tendencia a acumular, para salvar lo poco que tienen con la idea de necesitar lo menos posible de los demás. Los Cinco pueden acumular tiempo, dinero, espacio, tierra, información o disponibilidad emocional. No importa lo que se acumula, el patrón es el mismo; los Cinco intentan protegerse contra la inundación apilando provisiones en alguna isla interna seca.
Los Cinco enfermos también permanecen distantes de sus propias emociones viviendo en un mundo de información e ideas. Sin embargo, cuanto más se dividen, mayormente luchan con sus sentimientos de vacío, soledad y necesidad compulsiva. Es como tratar de hablarte a ti mismo a causa de estar hambriento. En esta fase, un Cinco puede ser torpe para saber cómo se siente, dado que logra alcanzar sus sentimientos sólo a través de una sucesión muy larga de pensamientos. Los Cinco enfermos rinden culto a los dioses de la razón e intentan mirar de lejos a sus propias emociones. Esto también puede convertirse en una actitud de superioridad / arrogancia hacia otras personas.
Cuando los Cinco están muy enfermos, pueden volverse esquizoides e imprevisibles, incluso como si las partes disociadas de ellos se dieran vuelta y se expresaran. Pueden proyectar un halo ausente, vagamente asustados o pueden ser manifiestamente asociales. Los Cinco pueden, por ejemplo, sentarse a lo largo de una fiesta y no hablar con nadie pero, más tarde, reportar haber tenido un buen momento. O podría ser que inconscientemente aparten a otros con un comentario burlón y despreciable y la agresión imprevisible. El hábito de disociarse de sus emociones puede llegar a desarrollarse tanto que los Cinco muy enfermos pueden perder contacto con la realidad, desarrollando fobias raras hacia objetos invisibles como los gérmenes, y ser propensos a las alucinaciones. Los episodios agresivos también son posibles, seguidos por explosiones de paranoia aguda".
En el próximo post evaluaremos el Tipo de Personalidad Seis.
(1) engentado (adj.; dial.) que padece de una sensación de opresión, fastidio o angustia en sitios donde se encuentra una multitud de personas. Ejemplo: "Nos fuimos temprano del bautizo porque mi abuelita ya estaba engentada". Fuente: página en Facebook del Diccionario de coloquialismos y términos dialectales del español.
Dr. Oscar L'Argentiere - Médico M.P. 19.178
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