La tríada del instinto
Formada por los grupos 8, 9 y 10
Dificultad de relacionarse en una forma más o menos equilibrada
consigo mismo, con el ambiente y especialmente con las demás personas.
Características comunes. Procuran resistirse a la realidad, creando límites para el yo. Tienden a tener problemas de agresión y represión, de distinta forma, según el
tipo.
Crean una deformación de los instintos, que son la raíz de nuestra
fuerza vital, en relación con el aquí y ahora, con el momento presente. Intentan
usar su voluntad para influir en el mundo sin dejarse influir por él. O sea, se
resisten, de diferentes maneras, a dejarse influenciar por la realidad (para no
perder su identidad), tratan de crear un muro entre lo que consideran “el yo” y
lo que consideran el “no yo”. Este límite, según cada tipo, puede ser más hacia
fuera, más hacia adentro, y por último, hacia fuera y hacia adentro al mismo
tiempo por igual.
Prototipos:
Tipo 8: El líder (o el jefe)
"Yo mando, hago mi voluntad, los demás deben obedecerme". El límite
del ego está principalmente dirigido hacia fuera, contra el entorno, y el
centro de atención es también externo. La consecuencia es la expansión y
desbordamiento de su vitalidad en el mundo que lo rodea. Su actitud frente a la
vida es “nada ni nadie me va a dominar”.
En realidad, ponen este límite para que nadie se acerque y puedan
hacerles daño (ya que en el fondo se saben vulnerables). por eso atacan antes
de ser atacados. Cuanto más herido se sintió el 8 en su infancia, más amplio
será el límite de su ego y más difícil resultará a los demás llegar a él, y más
deseo de poder sobre los demás tendrá.
La gran trampa: enamorarse del poder y creerse omnipotentes.
Pecado o pasión:
La lujuria: no alude sólo al deseo sexual
exagerado. Los 8 son lujuriosos en el sentido de que los impulsa una necesidad
constante de vehemencia, dominio y expansión. Intentan acometerlo todo en la
vida, para imponerse con voluntariedad. Orígenes infantiles: ambivalencia hacia la madre o figura materna.
Tipo 9: El pacificador
"Nadie alterará mi paz". Trata de mantener límites en ambas zonas,
interna y externa. En lo interno, no quiere que ciertos sentimientos o
emociones, alteren su equilibrio. Levantan un muro contra aspectos de sí mismos,
reprimiendo potentes impulsos instintivos (igual que el uno) y emociones. Al
mismo tiempo, mantienen un fuerte límite contra el mundo exterior para no ser
heridos (igual que el ocho). Suelen entregarse a comportamientos
pasivo-agresivos y hacen la “vista gorda” a cualquier cosa que pueda alterar su
paz.
La gran trampa: Gastan tanta energía por sostener estos limites,
que no les queda mucha para vivir e intervenir más plenamente en el mundo.
Pecado o pasión:
La pereza: no significa, en este caso,
holgazanería, ya que los 9 pueden ser activos y hábiles. Alude más bien al
deseo de no dejarse afectar por la vida, ni por las pulsiones internas, ni los
acontecimientos externos. pero tienen dificultad para vivir la vida en
plenitud. Orígenes infantiles: Identificación positiva con ambos padres o
sustitutos.
Tipo 10: El reformador
"Soy y debo ser perfecto". Hacen un límite externo, pero están más
interesado a mantener el límite interno. Gastan mucha energía tratando de
impedir que afloren a la conciencia los impulsos instintivos inconscientes. Generan mucha tensión física para sus límites interiores y mantener a raya
aspectos de su naturaleza interior (gran auto-represión) también, censuran y
critican a los demás, cuando sus acciones, sentimientos o pensamientos, no
concuerdan con su escala de valores. Extremistas, meticulosos, escrupulosos,
todos los que sean diferentes a ellos, están errados.
La gran trampa: El auto-reprimirse y ser tan auto-exigentes, les
impide disfrutar plenamente de la vida (todo es censurado, excepto lo que ellos
arbitrariamente consideran bueno) y el censurar a los demás, puede tornarlos
fastidiosos.
Pecado o pasión:
La ira: que podría definirse mejor como
resentimiento. No obstante, la ira o rabia no es el verdadero problema, sino
que en los 10 se encuentra reprimida, lo cual lo lleva a una constante
frustración, a estar insatisfechos consigo mismo y con el mundo. Orígenes infantiles: Identificación negativa con el padre o
sustituto paterno.
Dr. Oscar L'Argentiere - Médico M.P. 19.178
Homeópata Unicista, Iriología,
Terapia Floral, Acupuntura China,
Psicoterapia Dinámica y Transpersonal
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