Las várices son dilataciones patológicas, crónicas y permanentes en las venas, principalmente a nivel de miembros inferiores. Cuando aparecen en el ano se denominan hemorroides (o almorranas) y en los testículos, varicocele).
Generalmente obedecen a una predisposición constitucional individual o a una herencia familiar, y son mucho más frecuentes en el sexo femenino, pero se manifiestan fundamentalmente en personas de vida sedentaria, que caminan poco o permanecen muchas horas al día de pie; siendo la causa principal una debilidad de las fibras elásticas de las paredes y válvulas venosas que permite que éstas se distiendan más allá de lo normal.
El movimiento contráctil de los músculos de las piernas favorece el retorno de la sangre venosa hacia el corazón, disminuyendo la presión en miembros inferiores, evitando el debilitamiento, la claudicación circulatoria y manteniendo la competencia valvular. Cuando estos mecanismos se alteran aparece, por el contrario, un aumento de la presión venosa, congestión en piernas y la aparición de várices.
Puede comenzar con cansancio o dolor en miembros inferiores y pequeñas "varicocidades", que sólo ocasionan un problema de tipo estético; pero si el proceso avanza las venas se harán más gruesas y visibles, de aspecto flexuoso, muy dolorosas, con retención de líquidos (edemas), cambios de coloración de la piel (trastornos tróficos), flebitis (inflamación interna de las venas) y úlceras cutáneas.
No se trata de un problema local, sino que está comprometida la circulación venosa en general, la cual debe ser tratada en forma integral.
Dr. Oscar L'Argentiere - Médico M.P. 19.178
Homeópata Unicista, Iriología, Terapia Floral, Acupuntura China,
Psicoterapia Dinámica y Transpersonal
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